El perfil criminal de Jeefry Dahmer por Laura Quiñones Urquiza

El canibalismo es un hecho posible, latente, en el ser humano. Sucede aún en algunas tribus, por ejemplo de la frontera entre Brasil y Venezuela, los asmat en Papua, Nueva Guinea y los danis en Indonesia. Para Dahmer, el canibalismo se convirtió en un ritual litúrgico criminal. Ver el abdomen y vísceras de sus víctimas lo excitaba sexualmente al punto tal que le urgía masturbarse frente a esto in situ y luego con las fotos que tomaba.

Después de casi diez años de período de enfriamiento emocional, volvió a matar. Al principio, un hombre cada dos meses, luego su inteligencia (tenía un cociente intelectual superior a lo considerado normal), le dio la capacidad necesaria para manipular a las personas y matar a un hombre por semana, llegando a estar fuera de control.

Durante una entrevista, dijo que cuando lo despidieron se estresó y comenzó a ser más agresivo con sus víctimas, esto sucedió recién con la víctima mortal número dieciséis.

Leía libros satánicos y experimentaba con un altar en su dormitorio, donde a veces colocaba las cabezas pintadas para obtener poder, tal como sucede en la película El regreso del Jedi. Lo primitivo de su pensamiento mágico lo llevaba a usar lentes de contacto amarillos, considerado por él afín a ese poder supremo. Así como algunas personas se ponen eufóricas mirando un partido de fútbol, él lo hacía viendo ese estilo de películas. Según las propias palabras de Tracy Edwards, quien salvó su vida gracias a una patada de karate, Dahmer entraba en una especie de trance, de despersonalización, por momentos era el sujeto agradable que había conocido y repentinamente un ser agresivo y amenazante que iba de la pasividad excesiva a la euforia agresiva.

Sin dudas existía en él un grave desorden de personalidad, fue diagnosticado con trastorno límite de personalidad y encontrado culpable pero con enfermedad mental por reconocer la gravedad de sus actos y decidir tomar un desinhibidor para poder hacerlo. Fue condenado a 999 años de cárcel por homicidios múltiples y encontrado muerto a golpes por otro preso en el año 1994.

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